FASCITIS PLANTAR Y PIE CAVO
- P&P HEALTH
- 8 ene 2016
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En la última publicación se planteó la relación entre la fascitis plantar y una de las variaciones de los arcos de la planta del pie, el pie plano. Además, existe el llamado pie cavo, que contrario al pie plano, se caracteriza por un aumento exagerado de la altura de la bóveda plantar, acompañado la mayoría de las veces de un varo del retropié.
Las funciones de la fascia plantar son ayudar a la musculatura intrínseca en el sostén del arco longitudinal medial y transmitir fuerzas de tensión desde el tríceps sural hasta los dedos; la tarea de este tejido es bastante compleja, razón por la cual es susceptible al dolor debido a la inflamación cuando la biomecánica articular está alterada.

Las variaciones en la altura de los arcos del pie generan una mala distribución de cargas que a largo plazo pueden producir patologías y sensación dolorosa en la planta del pie e incluso, en otras áreas del cuerpo debido a las compensaciones que éste realiza para recuperar el confort perdido. En el pie cavo, particularmente, el aumento de los arcos longitudinales (medial y lateral) y una retracción importante de los músculos extensores del pie generará una garra digital. Esta garra limita la movilidad de la articulación metatarsofalángica dejándola en permanente extensión, lo que aumenta la tensión directa de la fascia plantar y predispone a su inflamación.
EVOLUCIÓN DESDE LA FASCITIS PLANTAR AL ESPOLÓN CALCÁNEO
En el estadio inicial de la fascitis plantar se produce la inflamación a nivel de su origen debido al aumento de tensión en ese punto. Esto produce dolor localizado en la zona interna del calcáneo que puede irradiarse hacia el borde interno del pie (Fig. 5).

Si este proceso inflamatorio no es tratado convenientemente y se mantiene en el tiempo, se pueden originar cambios degenerativos en el origen de la fascia plantar. Estos cambios degenerativos comprenden degeneración mixoide (el tejido pierde fibras colágenas y elásticas lo que implica la reducción de sus propiedades funcionales), fragmentación de la fascia plantar (debido al deterioro del tejido), ectasia vascular de la médula ósea de la tuberosidad antero-interna del calcáneo (rompimiento de vasos sanguineos) y periostitis (inflamación del periostio) en la inserción ósea (Fig. 6). Estos procesos degenerativos y la tracción continuada que ejerce la fascia sobre el periostio (membrana de tejido conjuntivo que está adherida exteriormente a los huesos, la cual sirve para su nutrición y regeneración) son los responsables de la calcificación del origen de la fascia o espolón calcáneo.

Entre los tratamientos del pie cavo se encuentran las órtesis y la fisioterapia. La primera opción no corrige de manera permanente el defecto sin embargo logra darle confort al pie al brindarle una mejor base de apoyo de acuerdo con los puntos de apoyo carentes que se han observado previamente en un análisis de marcha. La fisioterapia es una opción muy útil para disminuir el dolor a través de medios físicos y para complementar el tratamiento ortésico a través de la terapia manual y el entrenamiento propioceptivo y musculoesquelético de las extremidades inferiores o de las estructuras que han sido afectadas por esta condición. El tiempo de rehabilitación dependerá de la cronicidad de la lesión y de qué tanto tejido ha sido afectado. Es importante que en el proceso se realice una óptima educación al paciente para prevenir futuras lesiones.
En próximas publicaciones se explicará la relación que hay entre la fascitis plantar y el deporte, qué hacer para prevenirla y ejercicios para quienes ya padecen esta condición.
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